
La segunda etapa de Drive Capital: el camino hacia el éxito de la firma de inversión de Columbus tras una separación.
El mundo del capital de riesgo ha tenido una relación fluctuante con el Medio Oeste. Los inversores suelen apresurarse a entrar en épocas de bonanza y, al enfrentar momentos difíciles en el mercado, se retiran a las costas. En el caso de Drive Capital, ubicada en Columbus, Ohio, este vaivén ha ocurrido en medio de una crisis interna que surgió hace algunos años, cuando uno de sus cofundadores se separó del equipo; una situación que podría haber llevado al fin de la firma, pero que, en última instancia, podría haberla fortalecido.
El mundo del capital de riesgo ha mantenido una relación ambivalente con la región del Medio Oeste en Estados Unidos. Los inversores tienden a entrar en la región en tiempos de bonanza, pero se retiran a las costas cuando las condiciones del mercado se vuelven desfavorables. En Columbus, Ohio, Drive Capital ha vivido este ciclo de atención y desinterés en medio de una crisis interna hace algunos años, cuando uno de sus cofundadores decidió separarse, lo cual pudo haber puesto en peligro la firma, pero que, irónicamente, podría haberla fortalecido.
Recientemente, Drive Capital logró un hito notable en el panorama actual del capital de riesgo al devolver $500 millones a sus inversores en una sola semana. Esto incluyó la distribución de casi $140 millones en acciones de Root Insurance, justo después de desinvertir en Thoughtful Automation y una empresa no revelada. Esto podría parecer un truco, pero es probable que los socios limitados estuvieran satisfechos. Chris Olsen, cofundador de Drive y ahora su único socio gerente, comentó sobre este éxito desde las oficinas de la firma en el barrio Short North de Columbus, indicando que no conoce otra firma de capital de riesgo que haya logrado tal liquidez en tiempos recientes.
Este desarrollo representa un giro significativo para una firma que enfrentó interrogantes existenciales hace apenas tres años, cuando Olsen y su socio Mark Kvamme, ambos exsocios de Sequoia Capital, decidieron tomar caminos diferentes. Esta separación sorprendió a los inversores de la firma, y Kvamme lanzó posteriormente el Ohio Fund, un vehículo de inversión más amplio centrado en el desarrollo económico del estado, que abarca desde bienes raíces hasta infraestructura y manufactura, además de inversiones en tecnología.
El reciente desempeño de Drive se basa en lo que Olsen describe como una estrategia deliberadamente contraria en una industria que se obsesiona con los “unicorns” y “decacorns”, compañías valoradas en $1 mil millones y $10 mil millones, respectivamente. Olsen destacó que, aunque tales salidas son la norma en las conversaciones de Silicon Valley, en la realidad son muy raras, con solo 12 casos en los últimos 20 años. En cambio, ha habido 127 OPI en el rango de $3 mil millones o más, y cientos de eventos de fusiones y adquisiciones en ese nivel, lo que representa una oportunidad más viable.
El éxito con Thoughtful Automation, que fue adquirida por New Mountain Capital y se fusionó con otras empresas para formar Smarter Technologies, se consideró “cerca de devolver el fondo”, a pesar de que su valoración no alcanzó el mil millones. Olsen mencionó que Drive tenía una participación sustancial en esta compañía, siendo el único inversor de capital de riesgo en ella y en aproximadamente el 20% de las empresas actuales de su portafolio.
La trayectoria de Drive incluye tanto éxitos destacados como fracasos significativos, siendo pioneros en Duolingo cuando esta plataforma aún no generaba ingresos y ahora opera en NASDAQ valorada en casi $18 mil millones. Otros logros incluyen inversiones en Vast Data, valorada recientemente en $9 mil millones, y un retorno en la distribución de Root Insurance, a pesar de su desempeño en el mercado de valores.
Sin embargo, también se encontraron con fracasos notables como el de Olive AI, una startup de automatización de salud que logró reunir más de $900 millones antes de ser vendida a un precio reducido. Olsen enfatiza que lo que distingue a Drive es su enfoque en empresas desarrolladas fuera del competitivo ecosistema de Silicon Valley, con empleados en varias ciudades, apoyando a fundadores que enfrentan la decisión de estar cerca de sus clientes o inversores.
Este enfoque destaca la importancia de invertir en startups que aplican tecnología a industrias tradicionales, como la soldadura autónoma y un “sistema de seguros dentales de nueva generación”. Sobre la posibilidad de lanzar un nuevo fondo, Olsen afirmó que la firma aún gestiona activos recaudados cuando Kvamme aún formaba parte de la misma, y que le queda un 30% por invertir de un fondo de $1 mil millones anunciado en 2022.
En cuanto a los retornos, Drive cuenta con $2.2 mil millones en activos bajo gestión y todos sus fondos se clasifican entre los mejores en su categoría, con un rendimiento de más de 4x en sus fondos más maduros. La reciente validación de Columbus como un centro tecnológico legítimo se produjo con el anuncio de Palmer Luckey y otros multimillonarios tecnológicos sobre la creación de Erebor, un banco especializado en criptomonedas con sede en Columbus.
Olsen concluyó que, cuando comenzaron Drive en 2012, muchos pensaron que estaban locos, pero ahora observa cómo las mentes más brillantes de la tecnología están abandonando Silicon Valley para establecerse en diferentes ciudades.