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El remaster de Croc: Legend of the Gobbos podría haber beneficiado de un tratamiento similar al de Spyro Reignited.

Croc: Legend of the Gobbos representa un fiel regreso de un clásico de PS1, aunque es poco probable que logre atraer a nuevos seguidores.

Croc: Legend of the Gobbos no formó parte de mis experiencias infantiles con la PlayStation original, en parte porque solo tenía tres años cuando se lanzó en 1997. A lo largo de los años, solo escuché menciones de este juego en pocas ocasiones, como en algunos videos de YouTube que listaban los mejores juegos de los años 90 o en anécdotas de mi pareja sobre su infancia. Recientemente, pude experimentar el juego a través de Croc: Legend of the Gobbos Remastered en PS5, lo que me permitió descubrir lo que me perdí al no haberlo jugado en su momento.

Esta versión remasterizada por Argonaut Games mejora los gráficos, llevándolos a alta definición, pero sin perder el encanto de la era PS1. Sin embargo, la experiencia resultó ser más desafiante de lo que esperaba. Los ataques de Croc tienen un tiempo de respuesta deficiente, lo que me llevó a ser golpeado por enemigos aun después de intentar defenderme. Además, si perdía mis orbes de diamante, no siempre tenía tiempo para recuperarlos. Los saltos resultaban insuficientes para alcanzar ciertas áreas o coleccionables, incluso cuando saltaba en montículos de gelatina como si fueran trampolines. En una cueva, intenté obtener una vida extra que flotaba sobre un agujero, pero descubrí que, a pesar de mis esfuerzos, no podía alcanzarla, lo que generó frustración.

Si bien el juego tiene sus raíces en el diseño de plataformas, su jugabilidad es, en el mejor de los casos, rudimentaria y, en el peor, frustrante. La dificultad fue tal que sentí ganas de lanzar el control contra la televisión. Al enfrentarme al segundo jefe, me di cuenta de que una simple remasterización gráfica no era suficiente para revivir la esencia de Croc: Legend of the Gobbos. Este juego parecía necesitar un tratamiento similar al que recibió Spyro Reignited Trilogy.

El regreso de un juego sin cambios puede ser valioso para su preservación, pero en el caso de Croc: Legend of the Gobbos, la falta de actualizaciones lo deja con una sensación de vacío, aún siendo una remasterización fiel. Se ofrece en plataformas como PS5 y Xbox Series X/S, pero no aporta suficientes mejoras para revitalizar un juego que podría haber requerido ajustes respetuosos para atraer tanto a nuevos jugadores como a los aficionados de la época.

La frustración que experimenté al tratar de conectar con los controles y las mecánicas anticuadas en 2025 presenta un reto para los desarrolladores que buscan revivir estos clásicos. Spyro Reignited Trilogy es un ejemplo notable de cómo actualizar un juego sin comprometer su identidad. En su remasterización, Toys For Bob hizo un trabajo exhaustivo que incluyó ajustes visuales y mejoras en la calidad de vida del juego mientras consultaba a Insomniac Games para mantener su esencia.

Contrariamente, en Croc: Legend of the Gobbos, las mejoras gráficas fueron mínimas. Los personajes aún presentan un diseño poligonal poco destacado y el entorno se siente plano. Aunque se incluyen detalles como un documental sobre el juego como característica adicional, la experiencia general no parece ser la más acogedora para aquellos nuevos en el clásico de 1997.

Con gráficos planos y controles frustrantes, la remasterización parece enfocarse más en satisfacer a los fans originales en lugar de atraer a nuevas audiencias. Si Argonaut decide continuar remasterizando los siguientes dos juegos de Croc, espero que considere aplicar algunas lecciones aprendidas de Spyro.