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El enfoque permisivo de Texas hacia los vehículos autónomos le abrió oportunidades a Tesla.

"Si te presentas y le informas al estado que estás en funcionamiento y tienes seguro, todo está en orden."

La semana pasada, se observó un Tesla Model Y marcado con la palabra “ROBOTAXI” en uno de sus costados, girando en la concurrida Avenida South Congress de Austin sin ningún conductor en el asiento del piloto. Un segundo Tesla, identificado por expertos en vehículos autónomos como un "vehículo de seguimiento", lo acompañaba de cerca. Elon Musk, CEO de Tesla, comentó sobre el video, sugiriendo que el vehículo líder forma parte de una flota de aproximadamente diez vehículos destinados a operar como robotaxis, la cual se espera que haga su debut oficial la semana próxima. Esta llegada será casi nueve años después de que Musk propusiera por primera vez la idea de una "Red Tesla" donde los propietarios de vehículos pudieran incorporarlos a una flota de transporte autónomo.

El entorno regulatorio en Texas, caracterizado por un enfoque liberal hacia los vehículos autónomos, ha facilitado este avance. Según Phil Koopman, profesor de Carnegie Mellon y experto en vehículos autónomos, "en Texas, prácticamente cualquiera que cumpla con algunos requerimientos administrativos puede obtener un permiso para vehículos autónomos". Esta atmósfera pro-autónomos se ha visto impulsada por una ley de 2017 que invitó a los desarrolladores a establecerse en el estado. Texas ha emergido como un líder en pruebas y despliegue de vehículos autónomos fuera de California, con más de 100 vehículos Waymo equipados con lidar transitando las calles de Austin ofreciendo viajes pagados. Otras compañías emergentes como Zoox también se están haciendo visibles en las carreteras de Texas, al igual que camiones autónomos que han recorrido más de 1,200 millas.

Sin embargo, este rápido avance en innovación de vehículos autónomos ha generado inquietudes entre algunos legisladores y expertos, quienes advierten que podría comprometer la seguridad. Una disposición en la legislación permite a los gobiernos locales carecer de poder para establecer sus propias regulaciones. El alcalde de Austin, Kirk Watson, ha criticado esta falta de supervisión local, y la senadora estatal demócrata Sarah Eckhardt ha expresado su preocupación por el inminente lanzamiento del programa de vehículos autónomos de Tesla, sugiriendo que deberían "frenar su avance" hasta tener regulaciones adecuadas.

La ley establece que los vehículos autónomos deben cumplir con todas las normativas de tráfico y estar equipados con dispositivos de grabación de video, responsabilizando al fabricante cuando uno de estos vehículos comete una infracción. Sin embargo, no hay requisitos claros para verificar las capacidades de estos vehículos autónomos ni normas definidas para cuando un fabricante puede deshacerse de los conductores de seguridad. Esto crea un ambiente de menos restricciones en comparación con estados como California, donde se exige un permiso separado para el despliegue autónomo y los reguladores locales pueden revocar estos permisos en caso de accidentes.

Las reglas en Texas están a punto de cambiar, ya que se han introducido enmiendas para que se requiera la aprobación del DMV antes de operar sin un operador humano, aunque estas no entrarán en vigencia hasta el 1 de septiembre. Además, las autoridades locales enfrentan numerosos desafíos con la creciente cantidad de vehículos autónomos que complican su capacidad para garantizar la seguridad pública. Recientemente, la policía ha reportado dificultades para manejar estos vehículos, que en ocasiones entorpecen la respuesta a emergencias.

La estrategia de Musk para impulsar una rápida adopción de esta tecnología podría intensificar estos problemas. Aunque se desconoce el nivel de autonomía que tendrán los robotaxis de Tesla, existe preocupación sobre su enfoque que depende únicamente de cámaras, lo que podría generar más incidentes y provocar un retroceso en la aceptación pública de los vehículos autónomos. En resumen, si no se gestionan correctamente los riesgos, un accidente grave podría llevar a la percepción negativa no solo hacia Tesla, sino hacia toda la industria de vehículos autónomos.