
La 'cámara del cónclave' papal, una propuesta de televisión lenta.
En YouTube, cientos de miles de personas de todo el mundo están pendientes de una transmisión en vivo del humo proveniente de la chimenea de la Capilla Sixtina. De vez en cuando, se puede ver pasar una gaviota.
En YouTube, centenares de miles de personas a nivel mundial observan una transmisión estática de la chimenea de la Capilla Sixtina. De vez en cuando, una gaviota se posa en el tejado durante unos minutos, pero en su mayoría, la escena permanece inalterada. Este miércoles, el Colegio de Cardenales inició el proceso para elegir al nuevo papa, quien tomará el lugar del fallecido Papa Francisco. Este ritual sagrado y a puerta cerrada tiene sus raíces mucho antes de que los medios de comunicación modernos permitieran la rápida difusión de noticias de interés público.
En vez de emitir comunicados de prensa, el cónclave informa al público de su progreso mediante el humo: negro si no han llegado a un acuerdo sobre un nuevo papa y blanco si lo han hecho. Aunque originalmente este señalamiento de humo estaba dirigido a los espectadores locales, ahora hay docenas de emisoras globales que transmiten en línea las 24 horas del día la fachada de la Capilla Sixtina. Sin narración de un presentador de televisión, solo se escucha el ruido ambiental de la plaza, con la ocasional llamada de gaviotas.
En una época en la que los creadores de contenido de YouTube buscan optimizar cada fotograma para aumentar sus posibilidades de volverse virales, la monotonía de la "cámara del cónclave" resulta extrañamente inspiradora. Se puede comparar con la tendencia nórdica de la "televisión lenta", donde las redes públicas emiten escenas aburridas pero tranquilizadoras sin publicidad. Los espectadores pueden ver, por horas o días, salmones nadando río arriba, trenes cruzando el campo o alces migrando a su hábitat veraniego.
Dentro del contexto de YouTube, la interfaz que rodea estas "cámaras del cónclave" es familiar; los chats en vivo no moderados fluyen rápidamente, al igual que en una transmisión en vivo de un creador popular. Sin embargo, a diferencia de un juego de Fortnite, no hay mucho de qué hablar en el chat. La chimenea puede emitir humo negro o blanco, y la mayoría del tiempo, los momentos más emocionantes ocurren cuando un pájaro pasa por el encuadre. A pesar de esto, en el internet, los usuarios terminan discutiendo sobre política, fútbol y Elon Musk, con un lenguaje a menudo grosero. Algunos espectadores optan por comprar superchats, bloques de texto más visibles, donde expresan su visión sobre el futuro de la iglesia católica.
La razón para ver una transmisión en vivo del cónclave no es descubrir cuándo se selecciona al próximo papa —para eso están las notificaciones de noticias de última hora—, sino el atractivo de la quietud. Los trabajadores de oficina pueden abrir una transmisión en una pequeña ventana en la esquina de sus pantallas, prestando atención al ver algún movimiento de una gaviota de reojo. Al caer el sol, observan cómo el cielo se torna cada vez más oscuro hasta que llega la noche. Hay algo espiritual en esta reunión de extraños en una página web común, aunque no esté relacionado con la religiosidad que se presenta. Es el deseo de las personas de compartir una experiencia, incluso si esta incluye un chat en vivo no moderado.