
La nueva estación de carga de Anker combate el desorden en el escritorio con dos cables USB-C retráctiles.
Aparecen y desaparecen.
Andrew Liszewski, un reportero sénior con larga trayectoria en la cobertura y revisión de gadgets y tecnología desde 2006, ha estado fascinado por la electrónica desde su infancia. En la actualidad, la tendencia con los cargadores USB no se centra en aumentar la potencia o la cantidad de puertos, sino en integrar cables de carga que pueden guardarse cuando no están en uso.
Anker, pionero en esta área, lanzó el año pasado un cargador con un cable USB-C retráctil, y ahora presenta una nueva opción que ofrece la misma comodidad en un formato de escritorio, acompañado de tres salidas de CA que facilitan el acceso sin necesidad de agacharse.
El año anterior, la compañía presentó un cargador de escritorio con un dial lateral que permitía ajustar la salida de sus seis puertos USB, aunque su precio de $169.99 lo hacía poco accesible, además de requerir que el usuario aportara sus propios cables. En contraste, la nueva Estación de Carga Nano 7 en 1 de Anker permite cargar hasta cuatro dispositivos a través de USB, y con un precio de $89.99, se presenta como una opción más económica y posiblemente más versátil, ya que es posible añadir puertos USB adicionales conectando otros adaptadores de corriente en la parte posterior.
Uno de los aspectos más destacados de la Estación de Carga Nano es su par de cables USB-C retráctiles de 2.3 pies de longitud, que se ocultan con un simple tirón y se mantienen seguros gracias a imanes. Además, cuenta con un puerto USB-C y un USB-A en un lateral.
Otra razón por la que este cargador es casi la mitad del precio de la opción de $169.99 es su menor capacidad de salida de energía. Mientras que el modelo más caro puede ofrecer hasta 140W, el Nano tiene un máximo de solo 100W sin ningún otro dispositivo conectado. Si se cargan dos dispositivos, la salida disminuye a entre 50W y 88W, dependiendo de los puertos utilizados. Con todos los puertos USB ocupados, la salida máxima se reduce a solo 30W, insuficiente para un portátil. Para evitar sorpresas desagradables al descubrir que el ordenador no se está cargando adecuadamente, cuenta con un display LCD de 1.3 pulgadas que muestra la potencia entregada a cada dispositivo conectado.
A pesar de que las promesas de un mundo completamente inalámbrico mediante tecnologías como Wi-Fi y Qi aún no se han materializado, la creciente aparición de cargadores y bancos de energía con cables retráctiles es un consuelo mientras esperamos la llegada de un futuro verdaderamente sin cables.