
El "Gran y Hermoso Proyecto" de Trump destinará $1,000 millones a operaciones cibernéticas ofensivas.
No obstante, los gastos en ciberseguridad han sido reducidos.
Se ha aprobado una nueva legislación en Estados Unidos que destina más de mil millones de dólares a operaciones cibernéticas ofensivas durante los próximos cuatro años, aunque los detalles específicos de estas operaciones aún no se han aclarado. Es probable que se dirijan principalmente a China, considerada uno de los principales rivales geopolíticos del país.
Este anuncio se produce en un contexto de recortes significativos en el presupuesto de ciberseguridad, que ha sido objeto de críticas. A pesar de una serie de despidos federales que un exdirector de ciberseguridad de la NSA ha calificado de devastadores para la seguridad cibernética, el gobierno de Trump ha decidido invertir en capacidades ofensivas. Aunque la legislación ha sido recibida con escepticismo, se enfatiza que los fondos se utilizarán para mejorar el comando de la región Indo-Pacífico.
Curiosamente, la administración ha pausado las operaciones cibernéticas ofensivas contra Rusia, lo que pone de relieve un cambio de enfoque hacia China en medio de la guerra comercial que se mantiene entre ambos países. La Agencia de Ciberseguridad e Infraestructura (CISA) de EE. UU. ha reafirmado su compromiso de defenderse de todas las amenazas cibernéticas, aunque este compromiso se ve comprometido por los recortes que afectan a los equipos de seguridad cibernética.
El senador Ron Wyden, integrante del Comité de Inteligencia del Senado, ha señalado que los recortes en ciberseguridad han dejado a Estados Unidos vulnerable a ataques de hackers extranjeros. Además, advierte que una expansión masiva de las operaciones de hacking por parte del gobierno podría resultar en represalias no solo contra agencias federales, sino también contra hospitales rurales, gobiernos locales y empresas privadas, que podrían ser blanco fácil para hackers apoyados por estados-nación.