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El fundador de Soundslice hizo realidad la invención de una aplicación musical tras las constantes confusiones de ChatGPT.

Adrian Holovaty, creador de la plataforma de enseñanza musical Soundslice, finalmente esclareció un misterio que había persistido durante meses: extrañas imágenes de sesiones de ChatGPT estaban siendo subidas continuamente al sitio.

A principios de este mes, Adrian Holovaty, fundador de la plataforma de enseñanza musical Soundslice, desentrañó un misterio que lo había estado desconcertando durante semanas. Se dio cuenta de que extrañas imágenes de lo que claramente eran sesiones de ChatGPT se estaban subiendo al sitio. Al resolver la situación, se percató de que ChatGPT se había convertido en uno de los mejores promotores de su empresa, aunque también estaba generando confusión sobre las capacidades reales de su aplicación.

Holovaty es conocido por ser uno de los creadores del proyecto de código abierto Django, un marco popular para el desarrollo web en Python, aunque se retiró de la gestión del proyecto en 2014. En 2012, lanzó Soundslice, que se mantiene "orgullosamente autofinanciado", según lo indica. Actualmente, se encuentra concentrado en su carrera musical tanto como artista como fundador. Soundslice es una aplicación diseñada para la enseñanza de música, utilizada por estudiantes y profesores. Destaca por su reproductor de video sincronizado con las partituras musicales, que guían a los usuarios sobre cómo deben tocar las notas. Además, cuenta con una función llamada "escáner de partituras" que permite a los usuarios cargar una imagen de una partitura en papel y, utilizando inteligencia artificial, convertirla automáticamente en una partitura interactiva con notaciones.

Holovaty supervisa cuidadosamente los registros de errores de esta función para identificar problemas y potenciales mejoras. Fue en esta revisión donde comenzó a notar las sesiones de ChatGPT subidas. Estas creaban numerosos registros de error. En lugar de imágenes de partituras, eran imágenes de palabras y cuadros de símbolos conocidos como tablaturas ASCII, un sistema basado en texto utilizado para notaciones de guitarra que emplea un teclado convencional.

La cantidad de imágenes de sesiones de ChatGPT no era tan abrumadora como para afectar económicamente a la empresa o saturar el ancho de banda de la aplicación, según Holovaty. Sin embargo, él se sentía confundido y escribió en una publicación de blog sobre la situación. “Nuestro sistema de escaneo no estaba diseñado para soportar este tipo de notación. Entonces, ¿por qué estábamos siendo bombardeados con tantas capturas de pantalla de tablaturas ASCII generadas por ChatGPT?” se preguntó, hasta que decidió experimentar con ChatGPT por sí mismo. Fue así como observó que ChatGPT afirmaba que los usuarios podían escuchar esa música al crear una cuenta en Soundslice y cargar la imagen de la sesión de chat. Sin embargo, eso no era cierto; subir esas imágenes no traduciría la tablatura ASCII en notas de audio.

Holovaty se enfrentó a un nuevo problema. "El costo principal era reputacional: nuevos usuarios de Soundslice llegaban con una expectativa errónea. Se les había dicho de forma convincente que podríamos hacer algo que en realidad no hacemos", comentó. Él y su equipo discutieron sus opciones: poner avisos en el sitio indicando que “no podemos convertir una sesión de ChatGPT en música audible” o desarrollar esa funcionalidad en el escáner, aunque nunca había considerado dar soporte a un sistema de notación musical tan peculiar. Finalmente, optó por desarrollar la característica.

"Mis sentimientos al respecto son contradictorios. Me alegra añadir una herramienta que ayude a la gente. Pero creo que nuestra mano fue forzada de una manera extraña. ¿Deberíamos realmente desarrollar funciones en respuesta a la desinformación?", se cuestionó. Además, se preguntó si este era el primer caso documentado de una empresa que debe crear una función debido a la reiterada confusión de ChatGPT respecto a sus capacidades. Los programadores en Hacker News ofrecieron una perspectiva interesante: varios de ellos indicaron que no era diferente a un vendedor humano entusiasta que promete demasiado a los prospectos y forza a los desarrolladores a entregar nuevas funcionalidades. Holovaty consideró que era una comparación muy acertada y divertida.