El cambio de Monzo de ser moderno a corporativo: 'la frescura no se trata de trucos'

Monzo, el banco digital más grande de Gran Bretaña, ha mantenido su imagen característica asociada a las tarjetas de débito de colores neón, al uso extenso de emojis y a la posibilidad de gastar sin cargos en el extranjero. Sin embargo, está transformándose de un fintech atractivo para los millennials a una institución financiera robusta y sostenible. Este año se considera un posible punto de inflexión en su evolución.

Durante una reciente entrevista, el CEO de Monzo, TS Anil, no confirmó si la compañía planea salir a bolsa este año, a pesar de indicios de que se están preparando para ello. Anil sugirió que ya están establecidos los cimientos necesarios: rentabilidad, diversidad de productos y un uso adecuado de la inteligencia artificial. Este cambio se ve reflejado en sus resultados financieros, ya que el año pasado Monzo reportó su primer beneficio anual. En su informe anual de 2024, la entidad afirmó tener 9.3 millones de cuentas personales y más de 400,000 clientes comerciales. Además, ha diversificado sus fuentes de ingreso, dejando de depender exclusivamente de comisiones por intercambios y sobregiros, al incluir préstamos, suscripciones y banca para negocios.

Esto se produjo tras un período complicado, marcado por el aumento de la supervisión regulatoria y cambios en la dirección, que obligaron a Monzo a adaptarse rápidamente. Desde que Anil asumió el cargo de CEO en 2020, el banco ha mantenido su estilo llamativo, con las populares tarjetas en color coral aún siendo muy solicitadas entre los jóvenes. Además, la oferta de productos se ha vuelto más estructurada. Por ejemplo, los clientes pueden invertir en fondos mutuos gestionados por BlackRock y supervisar sus hipotecas de otros prestamistas mediante la aplicación de Monzo. Aunque Monzo también está disponible en Estados Unidos, muchos estadounidenses aún no conocen la marca, lo que plantea la cuestión de si debe enfocarse en penetrar este mercado para alcanzar la visión global que Anil tiene para la empresa.

Anil comentó que no considera necesario concentrarse en el mercado estadounidense, señalando que uno de cada cinco adultos en el Reino Unido banca con Monzo, lo que indica que hay un mercado significativo por conquistar en su país de origen. En abril, la compañía añadió 300,000 nuevos usuarios. Cuando se le preguntó sobre la expansión en Estados Unidos y la competencia, Anil minimizó los obstáculos, destacando que la ansiedad relacionada con el dinero es un sentimiento universal que trasciende el nivel de riqueza, y que el sector bancario tradicional se ha construido sobre la explotación del desconocimiento de los clientes. Estas observaciones están guiando el desarrollo de características que se adapten al mercado estadounidense.

La conversación también giró en torno a si Monzo podría llegar a considerarse un jugador tradicional en un futuro no muy lejano, dado que ya cuenta con una década de existencia y la inteligencia artificial está revolucionando la industria. Anil afirmó que Monzo no es una empresa de legado y que están comprometidos con la adopción de nuevas tecnologías. Lo que realmente le preocuparía es ver signos de complacencia en cuanto a la innovación tecnológica.

Respecto a la especulación sobre una posible oferta pública inicial (IPO), Anil señaló que no todo lo que se publica en los medios es confiable, pero afirmó que Monzo estará preparado para ser una gran compañía pública en el futuro, sin haber definido aún el momento, lugar ni el socio adecuado para ello.