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Google tiene la intención de apelar la decisión con respecto a su dominio en el mercado de motores de búsqueda.

La empresa tecnológica ha anunciado su intención de recurrir la resolución de un tribunal federal que la acusó de llevar a cabo prácticas monopolísticas en relación con su motor de búsqueda.

El juicio antimonopolio que enfrenta a Google por sus prácticas en el mercado de motores de búsqueda ha llegado a sus argumentos finales, y la empresa tecnológica ya ha anunciado su intención de apelar. A través de una publicación en X, Google declaró que presentará un recurso, argumentando que las soluciones propuestas son excesivas y que "perjudicarían a los consumidores". La compañía enfatizó: “Esperaremos la opinión del Tribunal. Creemos firmemente que la decisión original del Tribunal fue errónea y anticipamos nuestra eventual apelación”.

El Departamento de Justicia tomó cartas en el asunto para desafiar el dominio de Google en el mercado de motores de búsqueda, presentando una demanda en 2020. Este caso antimonopolio ha evolucionado con el tiempo, teniendo como propuestas del DOJ la obligación de Google de abrir su tecnología de motor de búsqueda a licencias, la prohibición de acuerdos con fabricantes de dispositivos como Apple y Samsung para asegurar que Google sea el motor de búsqueda predeterminado, así como la venta del navegador Chrome y del proyecto de código abierto Chromium.

Desde la perspectiva de Google, las acciones propuestas por el Departamento de Justicia abrirían la puerta a "problemas de privacidad muy reales", pondrían al gobierno a cargo de los datos de los usuarios y beneficiarían a "competidores bien financiados". En lugar de eso, la compañía sugirió flexibilizar sus acuerdos para permitir la presencia de otros motores de búsqueda en los dispositivos, así como formar un comité de supervisión que controle las actividades de la empresa.

El juez federal Amit Mehta, que lleva el caso en el Tribunal de Distrito de EE. UU. para el Distrito de Columbia, dictó en agosto de 2024 que Google tenía un monopolio ilegal en el mercado de motores de búsqueda. El juez coincidió con el DOJ en que la propiedad de Google del navegador Chrome le otorga una ventaja injusta, ya que puede utilizar su dominio en el motor de búsqueda para generar más tráfico y, por ende, más ingresos.

El desenlace de este juicio antimonopolio podría tener repercusiones significativas para el futuro de la inteligencia artificial, íntimamente relacionada con el mercado de motores de búsqueda. Google advierte que esta decisión podría permitir a otras empresas con chatbots de IA intervenir y dominar el mercado de búsqueda. Durante el juicio, Nick Turley, un ejecutivo de OpenAI, testimonió que la empresa estaría interesada en adquirir Chrome si se obligara a Google a venderlo.