Cover Image for Danny Boyle explica por qué se filmó 28 años después con un iPhone, los "pequeños momentos en 3D" que ello permitió y su visión sobre el futuro del cine inmersivo.

Danny Boyle explica por qué se filmó 28 años después con un iPhone, los "pequeños momentos en 3D" que ello permitió y su visión sobre el futuro del cine inmersivo.

Desde teléfonos inteligentes hasta cines inmersivos impulsados por auriculares.

La película 28 Years Later se está exhibiendo en cines de todo el mundo. En su nuevo filme, el aclamado director Danny Boyle se adentra nuevamente en un mundo apocalíptico, donde criaturas infectadas por el virus 'Rage' recorren el campo británico casi tres décadas después de que la nación fuera devastada por la epidemia. Este exitoso estreno es la secuela de 28 Days Later, lanzada en 2002.

Boyle, conocido por su trabajo en proyectos como Steve Jobs, ha decidido usar uno de los dispositivos más comunes para filmar esta nueva aventura de horror: un iPhone. En una proyección benéfica en Londres, explicó que esta elección no solo es un homenaje al equipo utilizado en la primera película, que consistía en cámaras de video domésticas, sino también un intento de aprovechar la tecnología actual. “El primer filme fue rodado con cámaras de video domésticas, porque era el único equipo que probablemente estaba disponible para grabar algo”, menciona Boyle.

El iPhone 15 fue el modelo seleccionado, que cuenta con un sistema de triple cámara y es capaz de grabar video en resolución 4K. Este dispositivo es ligero, lo que permitió al equipo filmar en diversas locaciones del campo británico sin generar una gran huella ecológica. "Sentimos que los actores estaban ahí, solos en el entorno", afirma Boyle.

Aunque en su mayoría se utilizaron iPhones para filmar, también se emplearon otros equipos cinematográficos reconocidos que son accesibles para cualquier aspirante a cineasta, como GoPros y drones. “Utilizamos distintas cámaras ligeras, pero en ocasiones también operamos los iPhones tal como cualquier persona los usaría", aclara el director.

El equipo de filmación también mostró su creatividad al construir complejos gimbals para múltiples iPhones, permitiendo así efectos visuales innovadores. "Podemos colocar varios iPhones en un arco, creando algo similar al bullet-time de The Matrix, pero de forma móvil", comenta Boyle. Aunque evita comparaciones directas, reconoce que es una técnica útil para sumergir al espectador en la película.

Al hablar sobre el futuro del cine, Boyle se entusiasma con la idea de experiencias de video inmersivas, pero subraya la importancia de mantener la esencia del cine como un evento comunitario. "No creo que eso ocurra en mi vida, pero creo que, de alguna manera, terminarás dentro de la pantalla", reflexiona. A pesar de los avances tecnológicos, su prioridad es que el cine siga siendo una experiencia colectiva.

Boyle comparte su temor ante la posibilidad de perder esa conexión humana que se fomenta en experiencias conjuntas, como el cine, el fútbol o los conciertos. "Hay algo diferente que ocurre colectivamente", concluye el director.