
Grupo de derechos del consumidor acusa a Microsoft de no ofrecer una 'solución viable' para los usuarios de Windows 10 que no pueden actualizar a Windows 11, evidenciando la frustración de los usuarios.
PIRG considera que Microsoft no está haciendo lo suficiente para apoyar a los usuarios que continúan en Windows 10.
Microsoft ha ofrecido recientemente opciones a los usuarios de Windows 10 para evitar el pago de 30 dólares por un año adicional de soporte. Sin embargo, la organización Public Interest Research Group (PIRG) considera que estas soluciones son insuficientes ante la inminente crisis de desechos electrónicos. PIRG propone que Microsoft debería considerar extender el soporte para Windows 10 o relajar los requisitos de hardware para Windows 11.
Lucas Rockett Gutterman, líder de la campaña Designed to Last de PIRG en Estados Unidos, ha expresado que aunque Microsoft ha introducido algunas alternativas, como la opción de usar la aplicación de Copia de Seguridad para sincronizar configuraciones en la nube o canjear 1,000 puntos de Microsoft Rewards, estas medidas no resuelven el problema. Según Gutterman, cerca de 400 millones de PCs con Windows 10 no podrán actualizar a Windows 11 debido a las nuevas exigencias de hardware, y la compañía no se ha comprometido a brindar un soporte prolongado para Windows 10.
A pesar de estas críticas, hay quienes consideran que la introducción de nuevas opciones de soporte es un paso positivo. Sin embargo, existe la preocupación de que un año adicional no sea suficiente para mantener en funcionamiento a esos equipos, que podrían acabar en la basura. Se sugiere que Microsoft debería contemplar la posibilidad de extender el soporte a varios años para consumidores, al igual que lo hace con las empresas que pueden optar por un programa de actualizaciones de seguridad extendidas por tres años.
Es evidente que el descontento entre los usuarios es significativo, y muchos sienten que estas decisiones de la compañía no abordan adecuadamente la problemática ambiental. Por lo tanto, resulta crucial que Microsoft tome en cuenta estos argumentos de responsabilidad social y busque soluciones que eviten el desperdicio de tecnología aún funcional.