
Prueba del Cadillac Celestiq: el exclusivo vehículo eléctrico de $360,000 ya está disponible.
Cadillac está volviendo a su época de yates en tierra.
La primera experiencia que tuve con el Cadillac Celestiq, un vehículo ultralujoso valorado en $360,000, fue como pasajero en el asiento trasero en un viaje hacia una cena en West Hollywood. Aunque General Motors (GM) sostiene que la mayoría de los compradores de Celestiq son quienes lo conducen, la empresa ha querido diseñar un auto que también atraiga a aquellos que prefieren ser transportados. Cadillac, conocido en el pasado por sus enormes vehículos de lujo, está intentando recuperar su prestigio con este modelo completamente eléctrico.
El Celestiq, que cuenta con un potente motor de 655 caballos de fuerza y capacidad para cuatro pasajeros, es posiblemente el vehículo más lujoso y personalizable de Cadillac hasta la fecha. Con este auto, la marca busca regresar a su época dorada de los años 60 y competirá directamente con marcas de la talla de Bentley y Rolls-Royce. Además, Cadillac espera que el Celestiq sea la clave para reafirmar su reputación como el “Standard of the World” (Estándar del Mundo) en el sector de vehículos de lujo eléctricos fabricados en Estados Unidos. Según Tony Roma, ingeniero jefe de Celestiq, “la idea era crear el auto más hermoso del mundo, y que además sea un vehículo eléctrico”.
La opulencia del vehículo es evidente, incluso desde el asiento trasero. La segunda fila ofrece un gran confort con asientos ajustables en múltiples direcciones y funciones de masaje, además de una pantalla táctil central de ocho pulgadas que permite a los ocupantes personalizar desde su microclima hasta la protección del techo de cristal, que es un gran logro tecnológico. Fabricado con Smart Glass, cada pasajero puede ajustar la opacidad del techo usando las pantallas frontales y traseras. Roma señala que este vidrio ha recorrido el mundo, desde Perú hasta Míchigan, debido a las especificaciones únicas de su tecnología y recubrimientos.
El acceso al Celestiq es un proceso avanzado, con puertas eléctricas que se controlan desde las pantallas táctiles, lo que requirió una ingeniosa labor por parte de los ingenieros eléctricos. En la parte delantera, un enorme display HD de 55 pulgadas diagonal controla todo, desde la información del entretenimiento hasta las funciones de seguridad, con una claridad similar a la de los televisores 8K. La colaboración con Dolby Atmos ha permitido ofrecer un sonido cinematográfico en el interior, gracias a un sistema de audio AKG con 38 altavoces.
En el exterior, el Celestiq incluye sensores y cámaras para el sistema de conducción hands-free “Super Cruise”, que se actualizará en el futuro a “Ultra Cruise” para su uso en carreteras secundarias. Los sensores están estratégicamente ocultos bajo paneles de fibra de carbono que simulan metal, mejorando su estética. El capó del frunk también es de fibra de carbono, contribuyendo a la elegancia del diseño.
Con respecto al rendimiento, Roma también supervisa el desarrollo de Corvette y otros vehículos deportivos de GM. La experiencia adquirida en este segmento ha influido en la dinámica de conducción del Celestiq. A pesar de su peso (más de 6,000 lbs), el automóvil acelera de 0 a 60 mph en menos de cuatro segundos y maneja sorprendentes curvas gracias a la sofisticada suspensión de GM, que utiliza Magnetic Ride Control.
Durante una prueba en Angeles Crest, una famosa carretera cercana, el Celestiq se comportó excepcionalmente, absorbiendo cada irregularidad del terreno sin esfuerzo, mientras que sus modos de conducción se pueden personalizar para adaptarse a diferentes preferencias. A diferencia de sus competidores alemanes, el modelo se siente más conectado a la carretera.
En cuanto a su proceso de fabricación, el Celestiq se ensambla a mano en el Centro Artisan en Warren, Míchigan, utilizando técnicas innovadoras como las mega fundiciones de aluminio y varias piezas impresas en 3D. Un equipo de 12 artesanos se encarga de su ensamblaje, logrando una producción de hasta dos unidades por día.
Los compradores de un Celestiq tienen opciones casi ilimitadas para personalizar su vehículo, con más de 350,000 combinaciones posibles de colores y materiales. Un 40% de los clientes han optado por personalizaciones completamente únicas. Este nivel de personalización se extiende incluso a los tornillos visibles del interior, que pueden ser marcados con frases o nombres específicos.
Sin embargo, la ambición de Cadillac de competir en el segmento de lujo de alto nivel no es fácil; la marca busca restablecer su reputación tras un largo proceso de revitalización. Aunque ha tomado siete años llevar el Celestiq a producción, las entregas a clientes comenzarán en un mes. Todo lo aprendido en este modelo se aplicará a futuras ofertas de Cadillac, lo que demuestra el compromiso de GM de volver a ser un referente en el mercado de lujo.